Amamantar es dar vida y amor. Es alimentar, confortar, proteger y comunicarse. La leche materna es muy importante en los primeros meses de vida, fundamental y vital para el recién nacido, y para el caso que no se produzca suficientemente debemos optar por otros mecasnismos para suplirla (como los sacaleches o extractores de leche como éstos). El amamantamiento fortalece una relación especial entre la madre y su bebé.
El órgano mamario
La mama está compuesta de un gran número de alvéolos productores de leche, y conductos de salida de la leche, la cual se junta en los senos lactíferos, esperando la orden para salir por el pezón. Los alvéolos están ubicados sobre el tórax, y los conductos lactíferos, en la mitad anterior de los senos. Alrededor de cada alvéolo hay células llamadas mioepiteliales, capaces de contraerse comprimiendo al alvéolo de tal manera que lo obliga a expulsar la leche hacia los conductos.
Amamantar
No requieres ninguna preparación especial. Sólo debes lavarte las manos con agua y jabón antes de amamantar. Ofrece a tu bebé el pecho todas las veces que él lo requiera. Permítele mamar todo el tiempo que necesite.
Cuidado
Busca la variedad en su alimentación. Una cantidad de alimentos variados es lo mejor. Tómate pequeños descansos durante el día. La producción de leche consume aproximadamente 500 calorías diarias. No hagas dieta para adelgazar. No conviene perder peso drásticamente.
Descansa todo lo que puesdas, tal vez cuando el bebé este durmiendo. Evita esfuerzos físicos excesivos y pide ayuda ante cualquier inconveniente para continuar con la lactancia. Confía siempre en tí misma, lograrás hacerlo exitosamente.
El reflujo en el bebé
El reflujo es una enfermedad muy común en recién nacidos. Es el retorno involuntario de lo que se ha comido del estómago al esófago, que muchas veces sube hasta la boca provocando vómitos. Suele ocurrir que los padres no se den cuenta que hay un problema debido a que los bebés regurgitan habitualmente, pero hay que vigilar, ya que puede desencadenar otras enfermedades más graves.
El reflujo se produce debido a una falla del músculo circular que une el esófago con el estómago. Lo que ocurre normalmente es que cuando se ingiere comida, éste músculo se abre para que pase, y luego se cierra. Esta enfermedad se origina cuando el músculo no se cierra, dando paso a la comida y a los ácidos gástricos para que suban por el esófago, también puede ser ocasionado porque hay un aumento de jugos gástricos, o porque el aparato digestivo del bebé es muy inmaduro, esto se corrige entre los 6 y 7 meses, cuando el bebé comienza a comer alimentos más sólidos, pero si el cuadro se agrava y presenta reflujos frecuente y abundantemente, la enfermedad deriva en reflujo esofágico patológico y se trata a través de medicamentos, e incluso con una intervención quirúrgica.
Si ves que el bebé llora mucho y anda irritable, rechaza el alimento, no aumenta de peso, tiene vómitos frecuentes y abundantes, tiene problemas para dormir, presenta dificultad para tragar, está teniendo problemas respiratorios, cuando vomita tiene apenas (se interrumpe por segundos su respiración), produce mucha saliva o tiene mal aliento; estamos presenciando a un bebé con reflujo, aunque no necesariamente tiene que presentar cada uno de éstos síntomas, ni siquiera los vómitos.