Según un estudio de la Universidad King Saud de Arabia Saudí el consumo de vitamina B12 y ácidos grasos omega-3, ya sea en combinación o de forma independiente, podría ayudar a aliviar los comportamientos autistas.
Un componente principal del autismo (así como de otros muchos trastornos del desarrollo neuronal) es un metabolismo fosfolipídico anormal.
Los investigadores dijeron que los roedores a los que se les administra ácido propiónico (PPA por sus siglas en inglés) oralmente pueden mostrar anormalidades de comportamiento e indicaciones bioquímicas similares a las observadas en los individuos con autismo y, de esa forma, puede utilizarse como modelo para examinar la relación entre el metabolismo cerebral de ácidos grasos alterado y el autismo.
Los investigadores realizaron un estudio con el fin de comprender las alteraciones del metabolismo fosfolipídico en los cerebros de los roedores autistas y si la suplementación con omega-3 y/o la vitamina B12 podrían ser remedios viables.
Ácidos grasos
Dividieron a las 35 ratas en cinco grupos: grupo 1 que era el grupo de control y grupo 2 que era el modelo de roedores con autismo tratados con una dosis neurotóxica de PPA. El grupo 3 recibió vitamina B12 a diario (16,7 mg/kg por rata) durante 30 días y el grupo 4 recibió DHA (omega-3) a diario (200 mg/kg por rata) durante 30 días tras 3 días de tratamiento con PPA. El grupo 5 recibió una dosis combinada de omega-3 y vitamina B12 durante 30 días tras el tratamiento con PPA.
Se midieron los niveles de fosfolípidos y fosfolipasa A2 de sus homogenados cerebrales, así como sus niveles de proteína cPLA2 (fosfolipasa A2 citosólica implicada en las respuestas inflamatorias) de todas las ratas.
Los investigadores observaron una reducción significativa de los niveles de fosfolípidos y un aumento significativo de cPLA2 en el tejido cerebral de las ratas tratadas con PPA pero también descubrieron que tanto el omega-3 como la vitamina B12 mejoraron el impacto neurotóxico del PPA.
Los investigadores escribieron: “Está claro que el PPA indujo un aumento significativo de cPLA2 en un 28,54% junto a una reducción significativa de fosfolípidos en un 27,14%. Tanto el omega-3 como la vitamina B12 fueron eficaces en la mejora del efecto neurotóxico del PPA”.
Añadieron que los tres grupos de ratas tratados con vitamina B12, omega-3 o una combinación de ambos, aunque no fueran significativamente diferentes del grupo de control, eran significativamente diferentes de los grupos tratados con PPA.
Los resultados fueron consistentes con aquellos de los estudios previos, uno de los cuales empleaba la suplementación con omega-3 durante 12 semanas en niños y adolescentes autistas de 7-18 años de edad, y en el que se observaron mejoras significativas en todas las subescalas, incluyendo los perfiles de ácidos grasos en sangre.
¿Efecto limitado?
También dijeron, sin embargo, que una vez que el niño muestra el fenotipo autista es poco probable que el omega-3 corrija los déficit completamente ya que hay muchos más factores implicados como los mecanismos etiológicos de este trastorno.
Aún así, muchos estudios mantienen que un subgrupo de pacientes autistas podría responder bien al tratamiento con omega-3. Un estudio reciente demuestra que la suplementación combinada de omega-3 y vitamina B12 resultó en mayores niveles del factor de crecimiento nervioso en el hipocampo y mejoró el rendimiento cognitivo.
Los investigadores concluyeron: “el omega-3 como precusor para mediadores activos puede regular varias funciones cerebrales como la neurotransmisión, inflamación, reacciones inmunes y la supervivencia neuronal”.
“El presente estudio es consistente con el reciente trabajo de Qasem et al. en el que se mostraba una reducción notable en los fosfolípidos y un aumento de los niveles de proteína cPLA2 como mecanismos etiológicos del autismo. Estos hallazgos podrían apoyar el uso de la exposición posnatal de PPA para inducir los rasgos persistentes de autismo, similar al mecanismo que causa el autismo”.
“El análisis de característica operativa del receptor demuestra que, mientras que el cPLA2 podría utilizarse como marcador de neurotoxicidad de PPA, los fosfolípidos podrían utilizarse para predecir tanto la neurotoxicidad de PPA como la potencia terapéutica de la B12, omega-3 y su combinación con una sensibilidad y especificidad satisfactoria”.
“Es probable que la vitamina B12 y los ácidos grasos omega-3 actúen independientemente o de forma sinérgica para mejorar los efectos de la neurotoxicidad del deterioro de cPLA2 y fosfolípidos inducida en las crías de rata con PPA administrado por vía oral”.
Referencias
Alfawaz H, Bhat RS, Al-Mutairi M, Alnakhli OM, Al-Dbass A, AlOnazi M, Al-Mrshoud M, Hasan IH, El-Ansary A. Comparative study on the independent and combined effects of omega-3 and vitamin B12 on phospholipids and phospholipase A2 as phospholipid hydrolyzing enzymes in PPA-treated rats as a model for autistic traits. Lipids Health Dis. 2018 Aug 31;17(1):205. doi: 10.1186/s12944-018-0850-1.